The Producers es una película basada en un musical basado en una película sobre un musical que cuenta la historia de un contador que sueña con ser productor de Broadway y un productor de Broadway con muchos fracasos a cuestas siendo el más reciente un musical de Hamlet, llamado Funny Boy (otras que supongo fueron fracasos son pósters que tiene en su oficina como: King Leer y The Death of a Salesman on Ice).
Después de su último fracaso, Leo Bloom (el contador) le menciona a Max Bialystock (el productor) que bajo ciertas circunstancias se podría ganar más dinero con un fracaso que con una obra exitosa. Emocionado por la idea Max convence a Bloom de encontrar la peor obra de la historia y hacerla. La obra elegida (después de rechazar varias incluida una versión de La metamorfosis de Kafka) es Springtime for Hitler, una carta de amor para el führer escrita por un neo-nazi bastante loco. Para complementar contratan al peor director (y al más gay).
Después de eso las cosas se vuelven algo predecibles, llega una mujer que fractura al amistad entre Bloom y Max y la obra no sale como esperaban. Todo esto mezclado con el absurdo humor (o, el humor del absurdo) de Mel Brooks y algunos números musicales que duran más de lo debido.
La película es buena, pero se siente lenta a ratos en especial en algunos números musicales que parece que funcionan mucho mejor en teatro que en cine. Y claro se necesita apreciar el humor de Mel Brooks, esto es, si no te pareció gracioso en Spaceballs cuando buscaban a la princesa en el desierto usando un peine no te acerques a esta película.
Después de su último fracaso, Leo Bloom (el contador) le menciona a Max Bialystock (el productor) que bajo ciertas circunstancias se podría ganar más dinero con un fracaso que con una obra exitosa. Emocionado por la idea Max convence a Bloom de encontrar la peor obra de la historia y hacerla. La obra elegida (después de rechazar varias incluida una versión de La metamorfosis de Kafka) es Springtime for Hitler, una carta de amor para el führer escrita por un neo-nazi bastante loco. Para complementar contratan al peor director (y al más gay).
Después de eso las cosas se vuelven algo predecibles, llega una mujer que fractura al amistad entre Bloom y Max y la obra no sale como esperaban. Todo esto mezclado con el absurdo humor (o, el humor del absurdo) de Mel Brooks y algunos números musicales que duran más de lo debido.
La película es buena, pero se siente lenta a ratos en especial en algunos números musicales que parece que funcionan mucho mejor en teatro que en cine. Y claro se necesita apreciar el humor de Mel Brooks, esto es, si no te pareció gracioso en Spaceballs cuando buscaban a la princesa en el desierto usando un peine no te acerques a esta película.
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